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Es habitual que cuando aparece un dolor, intentemos buscar la causa física que puede estar detrás, sin prestar atención al hecho de que cuerpo y mente son conceptos indivisibles y están afectados recíprocamente, funcionando como un todo.

Aunque hay muchas muestras de la relación que se establece entre lo psicológico y lo fisiológico, -pensemos en las enfermedades psicosomáticas, por ejemplo-, todavía hoy tratamos los dolores de forma analítica, generalmente centrados en el síntoma  y no en la causa que los provoca. Por ese motivo, con este artículo pretendo dar una visión más global de cuál puede ser el origen de determinados dolores.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que entre la salud y la enfermedad hay un proceso bastante largo que es lo que llamamos patología funcional o disfunción. La patología funcional es el proceso de desajustes que se producen en el organismo generando gran cantidad de síntomas. En concreto y en lo relativo a las emociones y su repercusión , nos vamos a centrar en lo que llamamos disfunción visceral.

Cada órgano de nuestro cuerpo se encarga de una función específica, de manera que cuando no hay un normal funcionamiento de dicho órgano decimos que hay una disfunción visceral. El incorrecto funcionamiento de las vísceras se exterioriza a mendo en la espalda y trae consecuencias a nuestros músculos y articulaciones.

La función de los órganos se ve alterada principalmente por dos factores, la alimentación y las emociones. En este artículo nos vamos a centrar en las emociones, pero no hay que olvidar el importante papel que juega la alimentación en la aparición del dolor.

Para concretar, me parece interesante mencionar cuáles son las principales zonas de la espalda en donde se produce el dolor por una disfunción visceral y cuáles son las emociones que se encargan de alterar cada órgano.

Riñón-Vejiga y órganos secundarios relacionados (próstata, útero, ovarios y estructura ósea)

Las emociones que alteran el riñón son: el miedo, la inseguridad, la cobardía, la baja autoestima y la devaluación de uno mismo, así como la desesperanza en el futuro y la culpa son características de la vejiga. El origen emocional de los órganos secundarios, aunque con matices , está en relación con las mismas emociones que afectan al riñón y vejiga.

Hígado-Vesícula biliar

El hígado entra en disfunción cuando se tiene mucho estrés, hay enfado, cólera, intolerancia, inflexibilidad, no adaptación al entorno y exacerbación del espíritu crítico. La vesícula biliar se ve influenciada por los disgustos, la amargura, la ira, las críticas y la envidia.

Intestino delgado-Sistema cardiocirculatorio

Las emociones que afectan al intestino delgado son la preocupación y la ansiedad, mientras que el sistema cardiocirculatorio se ve alterado por el narcisismo y la falta de amor.

Estómago-Bazo-Páncreas

El estómago se ve afectado cuando se tiene hiperresponsabilidad y dificultad en desconectar del trabajo , mientras que al bazo y el páncreas se alteran por la obsesión en lo afectivo, la duda y la dificultad para disfrutar de la vida.

Pulmón-Intestino Grueso

La emoción que altera al pulmón es la melancolía y al intestino grueso es el apego

Según dicen una imagen vale más que mil palabras, por lo que os dejo como cierre del artículo un dibujo con la cartografía del dolor y su procedencia

 

Laura Tejera

 

 

 

 

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